Abrazable también había conocido esas maravillas, sólo que por la extrema longitud y duración de su recorrido, ya no les prestaba mucha atención; estaba más abocado a llegar al remanso donde saltaban los salmones, así ke salió de su madriguera esa mañana soleada, con esa idea en mente y recorrió los caminos sabidos una vez más. Apachurrable ese dia despertó más tarde que de costumbre, a los osos les encanta dormir, sobre todo en invierno ...pero cuando hay hambre (y Apachurrable no había cenado), no hay sueño ni abrigo que pueda contener el rugido de una panza vacía. Entonces salió de su madriguera y sintió un olor diferente cerca. Por lo general, los osos al sentir un olor nuevo se ponen en alerta, se encrespan y tratan de parecer más grandes de lo que son parándose en 2 patas, como mecanismo de defensa, pero Apachurrable no sintió amenaza, ni miedo; sintió que ese olor nuevo se asemejaba al suyo. Por su parte, Abrazable ya no percibía muy bien los olores, por lo que se dio cuenta un poco tarde que estaba cerca de otro oso, demasiado cerca. Cansado como estaba, se quedó quieto, y observó...y le pareció verse en un espejo antes de salir de casa. Sintió familiaridad, tranquilidad, sosiego y al ver la dirección de las pisadas de Apachurrable, infirió que iban al mismo lugar. Apachurrable, al encontrar un congénere que no representaba amenaza, le preguntó si podrían compartir el camino hasta el recodo en el cual podrían pescar los salmones más robustos, y Abrazable asintió regocijado.
En el camino, conversaron, se miraron, sonrieron (si es que los osos pueden sonreir), intercambiaron experiencias de caminos, y sintieron que se habían conocido de toda la vida. Mientas recorrían el sendero, desearon no llegar al lago aún, que el camino se haga largo, Apachurrable comentó sobre las pequeñas cosas del bosque que lo hacían sentir pleno y Abrazable recordó esas cosas que sentía cuando salía de casa, pero luego, a lo largo del camino interminable iba olvidando. Y por un momento se sintió saliendo de casa recién, maravillándose también. Y decidieron acompañarse siempre, ir a pescar juntos y mirar los matices del cielo hasta quedarse dormidos. Llegaron al recodo donde los salmones saltan fuera del agua y hacen posible que los osos puedan atraparlos con más facilidad. Recalco que el salmón en realidad no quiere ser atrapado por el oso, sino quiere llegar rio arriba y desovar en el mismo lugar donde sus padres lo liberaron, que esa es la finalidad del salmón de ir contra la corriente desde la base del río hasta lo alto de la montaña, usando los músculos de su poderosa cola, pero sus escamas no lo pueden salvar de las zarpas y fauces del oso, sólo su velocidad al saltar.
Los osos pescaron, comieron hasta hartarse, retozaron una vez saciados y durmieron abrazados, como si fueran uno. Se miraron a los ojos y sonrieron mientras los entrecerraban al unísono, bostezaron, se estiraron y a medida que empezó a soplar el viento, se dieron cuenta que tenían que regresar. Antes de regresar, vieron la puesta de sol, el punto más alto del atardecer que colinda con el nacimiento del anochecer, y vaya que no hay colores más hermosos que los que se ven en las puestas de sol en los bosques, en los días en que termina el invierno. Es como si un pintor hubiera derramado y mezclado los colores rojo, amarillo y en ciertas zonas, violeta sobre los árboles, una sensación de maravilla recorrió la piel de ambos osos, y fue un nuevo despertar para Abrazable, ya que por la distancia de su recorrido adicional, había dejado de mirar el cielo para mirar el suelo. Una vez más, con la nariz apuntando hacia arriba, sintió el aroma del atardecer, de cuando las flores empiezan a cerrarse, igual que las hojas de los árboles y el viento sopla más fuerte, trayendo esencias de lugares lejanos.
Emprendieron el camino de regreso, y mientras Apachurrable llegaba a casa, se preguntaba si Abrazable quisiera entrar y quedarse. Podrían ser felices juntos, no podrían tener un motivo para separarse, ya que eran lo mismo, juntos se sentían completos. Eran 2 de un mismo tipo y pelearían sus peleas como uno. Los osos no son tan gregarios como los humanos, no disfrutan compañía de otros osos, ya que lo ven como competencia tanto a nivel alimenticio como de supervivencia, porque la vida del oso es sobrevivir a las inclemencias del clima, el tiempo, el hambre, el camino, otros osos y los humanos que cada cierto tiempo los buscan para cazarlos, puesto que sus pieles son muy valoradas por el abrigo que brindan.
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Quizás, muchos capítulos adelante, sigan Abrazable yendo al encuentro de Apachurrable y Apachurrable esperando que Abrazable aparezca para seguir caminando lado a lado, maravillándose del mundo que los rodea, nuevamente y por primera vez. ¿Por qué? Porque los lazos entre osos que se acompañan son más fuertes que los lazos entre humanos.
Daniel F - El Oso ...predecible, eh?
PS2: "Por eso me gusta estar aquí, entre tanto loco de mierda, conchesumadre carajo"
PS3. Daniel F, el Naufragio de los Océanos, minuto 2:40